Un paseo por el casco medieval
La villa de Penáguila fue construida a finales del siglo XIII y principios del XIV como consecuencia de la carta puebla otorgada por el rey Pedro III de Aragón en 1278.
El casco medieval, trazado y alzado con la funcionalidad de la arquitectura militar del momento, tiene forma rectangular. El eje central va de sur a norte y forma la calle Mayor (llamada arzobispo Company), que parte de la plaza del Árbol (situada al sur del pueblo) hasta una plazoleta (al norte) donde tropieza con la calle de la Virgen del Patrocinio y el punto donde empieza la calle Torre Vernet. El centro de la villa está situado en este eje, apenas se pasa la plaza del Árbol, y forma la plaza de la Iglesia con la parroquia de la Asunción y el Ayuntamiento. Al final de la calle Mayor, en la bocacalle la Canya, hay un acceso al pueblo o Portalet, del que quedan restos.
De sur a norte, a mano derecha del eje central se abren cinco calles en cuesta más estrechas: San Juan, San Roque, calle del Ángel, san José y la calle de la Canya. Estas calles desembocan a la calle del Mar, paralela a la calle Mayor, encima del barranco de Santos. Por encontrarse en el este de la villa, punto más próximo al mar, recibe este curioso nombre. En ella se abren las plazoletas: Rodamur y San Ramón.
Todo este perímetro está amurallado y se pueden ver los restos de las murallas. En la parte del levante, por dar al barranco y ser éste un elemento defensivo natural, la muralla no tiene torres. Estas, en cambio, bordean la villa por la parte sur (perdidas y reconstruida una), oeste (calle de la Virgen del Patrocinio) y norte (perdidas todas menos una, la torre Vernet, que da nombre a la calle que conduce a ella.
La calle de la Virgen del Patrocinio, paralela a la calle Mayor por el oeste, se sitúa extramuros del casco medieval. Las casas de los números impares están pegadas a la vieja muralla, y las de los números pares son de construcción posterior. Desde los números pares de esta vía se pueden ver cuatro torres emboscadas entre las casas. Yendo de sur a norte, la primera torre se ve si el espectador se sitúa delante del número 50; la segunda y la tercera se observan desde la parte de la calle que da a la plaza del Portalet, popularmente Quatre Cantons. Una de estas torres guarda una entrada al casco medieval, el Portalet, muy bien conservado y diseñado en ángulo recto por razones de seguridad y control; la cuarta torre se observa si nos situamos delante al número 40.
En la parte norte del rectángulo del casco medieval se halla la calle de la torre Vernet que lleva a dicha torre; es la única exenta, se ha mantenido parcialmente y tiene nombre propio; recientemente se ha consolidado y restaurado. Al lado de esta torre se ve también un soberbio lienzo de muralla.
Al norte de la calle Mayor, bajando la costera del Rei, que pone fin a este eje medieval, se abren otras dos calles (Raval y Ravalet), popularmente llamadas conjuntamente el Raval, que están habitadas desde los siglos medievales. A la izquierda del Raval se abre la calle de la Era que da paso a una zona nueva con instalaciones públicas.